El primer paso era cortar la madera con forma de un semáforo, debemos hacer dos como mínimo. A estas piezas, se les hacen 3 agujeros en el centro de forma vertical donde en un futuro irán las bombillas. Nosotras utilizamos una broca de 6 milímetros, ya que nuestras bombillas eran pequeñas.
Lo siguiente que hay que hacer es comprobar si las bombillas funcionan o no. La nuestras estaban bien. Se colocan en el porta bombillas y se ajustan bien para que no haya problemas. Rodeamos las bombillas con un poco de cinta adhesiva ya que hicimos los agujeros algo más grandes que las bombillas, y con la cinta se ajustaban mejor. Comprobamos que entraban y pintamos las bombillas como los colores de un semáforo (rojo, amarillo y verde) con unos permanentes de colores o con pinturas con esos colores. Cuando secaron, cogímos los cables y pelamos un poquito los extremos, unimos un extremo del cable a la bombilla y la otra parte la dejamos fuera para unirla a la lata.
En esta imagen podemos ver como están colocados los cables en las bombillas.
Hicimos lo mismo con los otros cables. Cuando acabamos con esto, unimos uno de los cables de cada bombillas juntos (cada bombilla tiene 2), y el otro cable lo enrollamos en una chincheta que luego clavamos en las tiras de la lata de refresco. Hay que asegurarse de que los cables de las bombillas van a su itra correspondiente, es decir, el cable de la bombilla verde con la tira correspondiente al verde; también debemos recordar que hay seis tiras, 3 para un semáforo y 3 para el otro, y que los cables de 1 semáforo tiene que estar seguidos y los del otro también.
Aquí podemos ver como están las tiras de la lata de refresco puestas con chinchetas agarrando a los cables para que halla corriente y se iluminen cuando deben.
Una vez acabado de hacer esto, deberíamos conectar todos los cables que están unidos a una parte de la pila y unir con un clip otro cable que toque la barra de metal que sujeta la lata grande.
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